En este sentido se propone este abordaje donde ambas dimensiones (Terapéutico – educativo) se superponen y se interrelacionan de manera particular en la vivencia de cada paciente, con un objetivo en  común que es mejorar la calidad de vida del paciente. 

Desde el punto de vista Educativo proponemos un abordaje que apunte a la enseñanza de ciertas habilidades que aún no han sido adquiridas y ayuda a que el paciente logre autonomía.

Estas habilidades son: A.V.D (higiene general, comportamiento adecuado en la mesa, en las salidas, en diferentes situaciones de interacción social, etc.).

Además se apunta a la reeducación en la comunicación ya que la mayoría de los niños- jóvenes deben volver a aprender a comunicarse para ser comprendidos a nivel social- familiar.  Esta reeducación ayudará al paciente a expresar sus necesidades básicas en un primer momento y luego ir complejizando su manera de comunicarse. 

En relación a lo Terapéutico se apunta a que los pacientes que reciben este abordaje puedan atravesar situaciones o experiencias vividas que son o fueron conflictivas para ellos, la línea terapéutica apunta a trabajar con personas con discapacidad y no con la discapacidad de la persona.  Lo que significa que no se apunta a anular conductas deficitarias e inadecuadas, sino a ofrecerles actividades que sean de su agrado, un espacio donde se pueda comunicar y expresar ayudando a que el síntoma  (conductas inapropiadas) sea encausado, que tome otro sentido para ellos y que sienta agradable otro tipo de actividades con un fin socialmente aceptado.