Evaluación y diagnóstico son dos conceptos que habitualmente se tiende a confundir o a intercambiar, además hay una marcada tendencia a considerarlos conjuntamente, cuando en realidad son fases de un proceso y sus definiciones son diferentes.
*Diagnóstico: el mismo nos permite determinar sin una persona cumple o no con los criterios diagnósticos que se encuentran en los manuales de psiquiatría (DSM IV o CIE 10), los cuales describen características estandarizadas que se deben cumplir para determinar un diagnóstico correcto. Un diagnóstico bien realizado es aquel resultado al que se llega, luego de aplicar al paciente una cierta batería de test, también estandarizados (osea que responde a una media poblacional), y con el objetivo se definir si lo que le pasa realmente al paciente entra dentro de los estándares del DSM IV o CIE 10. En un diagnóstico se toma en cuenta las conductas observables de la persona, los síntomas, para hacer coincidir los mismos con un conjunto de personas que presentan las mismas características. Permite considerar que esta condición acompañará a la persona durante toda la vida de manera que, a partir de diagnosticar se debe orientar a la familia hacia la búsqueda de los servicios adecuados para cada etapa de su vida.
*Evaluación: la evaluación, en cambio, se realiza teniendo en cuenta a la persona desde una perspectiva integral, tomando como importantes no solo conductas observables, sino también se tienen en cuenta otros aspectos como es lo orgánico, la etapa vital del desarrollo en la que se encuentra, se evalúa su condición social y escolar. Una evaluación realizada adecuadamente permite definir el abordaje propicio para cada caso en particular. La evaluación permite determinar las características únicas y particulares de cada persona y como cada persona difiere aún teniendo el mismo diagnóstico o en la misma condición. Se establece entonces una estrecha relación entre evaluación e intervención.
Desde nuestro lugar, se intenta poner énfasis en el período evaluativo , ya que muchas veces las personas que se acercan a la institución ya presentan un diagnóstico, es así que se evalúa a cada caso en particular el abordaje necesario para este momento de su vida y para esta persona en particular. Muchas veces nos encontramos con pacientes que realizan la admisión y al finalizar la misma nos damos cuenta que no presenta las características adecuadas para ingresar a “Surgiendo”, ya sea porque necesitan otro tipo de dispositivo o porque nosotros no estamos en condiciones de ofrecerle lo que esa persona necesita. Es ahí donde realizamos derivaciones, contactándonos con instituciones cercanas para facilitar el ingreso a otros dispositivos.
Lic. Natalia Fernández
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